Girasoles para ti...

Hoy pedí que te entregaran un girasol en la mañana muy tempranito, pedi que te dijeran lo mucho que te quiero, pedi que te susurraran al oido lo mucho que te extraño y lo mucho que te recuerdo a diario. Me hubiera gustado ir a verte, allí donde te encuentras en este momento pero no me fue posible pero ese no es problema para vernos porque en nuestros sueños y en nuestras memorias nos encontramos a diario y conversamos largamente al pie de un lindo río, sobre una manta de colores con un rico café recién tostado, recién pasado y muy calientito y una tarta de manzana como aquellas que soliamos preparar aquellas tardes en que pasabamos el tiempo conversando o simplemente el silencio era nuestro amigo... o cuando jugabamos cartas y siempre dejabas que yo ganara...

Aún recuerdo aquella tarde en que velaba tu sueño y al final fuiste tú quien velaste el mio, recuerdo tus ojitos mirandome, los ojos más lleno de amor y ternura que he visto en mi vida, tomaste mi rostro entre tus delicadas manos, me acariciaste y me dijiste te quiero con una lágrima que corria por tus mejillas pero tus ojos nunca ocultaron el amor que sentian. En el fondo de nuestros corazones sabiamos que las tardes de café y pláticas estaban por llegar a su fin y aprovechabamos al máximo el tiempo que teníamos antes del comienzo de tu largo camino....

Los días fueron pasando lentos, rápidos, alegres pero también tristes porque es difícil despedirse de quien se quiere, es muy difícil porque el recuerdo de los buenos momentos compartidos y vividos no nos son suficientes para seguir nuestro camino porque siempre queremos más pero la verdad es que debemos continuar nuestro destino y sentirnos felices porque tuvimos la oportunidad de tener en nuestras vidas a personas maravillosas como tú...

Así transcurrió el otoño y partiste muy tempranito con la llegada del primer rayito de sol de la primavera justo cuando mis girasoles estaban listos para sonreirte, justo cuando todas las flores te esperaban como en el sueño que tuviste, una tarde llena de flores, una tarde llena de sentimientos encontrados por verte partir y saber que ahora ya no sentirás pena ni dolor... una tarde en la que mis lágrimas mojaron mi rostro y el tuyo al abrazarte por última vez...

Por eso hoy y siempre te regalo un girasol sólo para ti... porque los girasoles de mi jardín son sólo para tí... y sólo porque te quiero mucho... mi querida Julita...