Muchas cosas son las que se podrían decir frente a la pérdida de un ser querido, de una persona excepcional, de alguien que marcó con su amor y dulzura la vida de quienes la conocimos, pero las palabras nos faltan para poder describirla aunque pensándolo bien la palabra ángel es la que mejor se adecua pues fue un ángel convertido en mujer, convertido en madre, convertido en ejemplo, un ejemplo de vida, de amor y de entrega.
Hoy, ha pasado un día apenas de que sus ojos ya no verán más el amanecer de su tierra querida, de sentir esa increíble paz que sólo en su terraza pude sentir alguna vez, allí sentía que estaba alejada de todos y de todo pero al mismo tiempo sentía que yo pertenecía a ese lugar, a esa tierra, a ese lugar alejado al cual sólo pude llegar después de caminar sobre las nubes.
Recuerdos, muchos son los que se llegan a mi en este momento, todos hermosos, todos de los más tiernos, con olor a tortitas, con olor a arepas, a tortillas de viento, quesito y cafecito recién pasadito, de tardes de rompope. Aún recuerdo aquella tarde en que llegue a casa y me habías enviado una encomienda por mi cumpleaños, fue uno de los más lindos regalos que recibí, no tan sólo por el contenido sino sobre todo por el gesto.
Muchas gracias tía Chelita por tu mirada llena de amor, por tus palabras que sólo expresaban ternura, gracias por decirme cholita, por decirme corazón, realmente gracias por haberme dado tu cariño. Desde aquí te envío mi amor, ahora eres un ángel en todo el sentido de la palabra, un ángel que guiará nuestros caminos.
Ahora que ya estas en el cielo gozando del amor divino de Dios, estas con mis otros angelitos y los que aún estamos aquí elevamos una oración por tí.
Este post va en honor a su memoria,
Descansa en paz Tía.
P.S. Dicen que las personas buenas se van y eso es cierto pero quedan en nuestros recuerdos y en nuestros corazones para siempre.
