domingo, noviembre 09, 2008

El dolor de tu ausencia madre mía...



Nunca pude decirte adiós como debe ser, nunca pude decirte te quiero antes de tu partida, no sabes lo importante que eres en mi vida... antes de que te fueras para siempre nunca pude ver en tus ojos reflejados los míos porque el tiempo y en parte la vida no nos dejó querernos como debió ser... llevo en el corazón el dolor de tu ausencia iniciada una mañana soleada en la que todo parecía correr bien... una llamada inesperada que no
quise contestar.

Una flor se marchitó en el mismo momento en que me dijiste adiós desde lejos, una suave pero triste llovizna bañó mi rostro para disimular mis lágrimas, un escalofrío me aviso de tu abrazo tierno y dulce y un respiro del aire sobre mi frente hizo que sintiera tu bendición como siempre lo hacías desde niña antes de que saliera de tu casa.

Como olvidar aquellas tardes, muchas tardes en las que te llevaba flores, frutas y te acompañaba a ver televisión. Como olvidar tus lonches en esas tazas grandes, muy grandes en las que depositabas tu amor, como poder borrar de mi ser todo el amor que toda la vida me diste y como poder comprender porque no pude decirte adiós, porque no pude disfrutar más de tu amor, porque me alejaron de ti? porque me aleje de ti para protegerte? porque la vida nos jugó un juego sucio y doloroso? porque?!! Porque???!! tengo un nudo en la garganta al recorrer el paso inexorable del tiempo que me recuerda que hace ya casi un año te vi por última vez dormidita y te lleve flores blancas y las dejé sobre tu lecho, ese lecho oscuro que sólo podía resplandecer por la bondad de tu alma, por el amor que me brindaste.

Aquella noche antes de ir a verte y velar tu sueño por última vez fui a casa y me puse mis mejores ropas, ceremoniosamente me vestí y me preparé para verte imaginando que tú me verías y me darías por última vez la bendición antes de decirme adiós. Salí sola de la casa pues todos estaban ya contigo acompañándote desde temprano. Antes de ir a verte te compré las flores, aquellas que hacía tiempo no te llevaba, blancos cartuchos blancos hermosamente cuidados, arreglados con una cinta blanca a su alrededor. Entré a verte, había mucha gente a tu alrededor, pase de largo frente a ellos, simplemente ellos no existían para mí, mi encuentro era contigo no con ellos, mi encuentro era de dos, de las dos... pase de largo sin mirar a los demás pero sintiendo sus miradas, sintiendo sus interrogantes pero ese camino que me llevaba hacía ti sólo lo podía hacer sola.

Al llegar a verte quise abrazarte, quise besarte pero la transparencia de un vidrio me lo impedía pero no me impedía ver tu sonrisa y sentir tu amor, te besé con mi corazón y mi alma y deposité mis flores en tu pecho, te dije te quiero y una lágrima mía se junto con la tuya en el cielo. Di vuelta y volví a la realidad, esa realidad que me jaló de un tirón fuerte y feo haciendo que comprendiera la verdad.

Permanecí luego extrañamente tranquila, tratando de estar serena y extrañamente lo logré. Camino a donde te encuentras hoy fuimos a tu casa a la mañana siguiente, entramos juntas después de mucho tiempo, de muchos años, pensé que no volvería al lugar donde pase gran parte de mi niñez y al verte entrar cargada por mi hermano no pude contener más el dolor que sentía por tu ausencia en esa casa llena de vacío físico, llena de recuerdos, de risas, de juegos, de fiestas, carnavales y navidades, también de llantos y tristezas y hasta eso añoré. El alma se me esfumó cuando te vi entrar a la casa por última vez, a esa casa a la que tanto quisiste regresar en los últimos días... mi corazón explotó en llanto y me faltó la respiración pues esa imagen nunca me la imaginé, nunca imagine verte allí por última vez y menos de esa manera. Los brazos de alguien me tomaron fuerte evitando que me desplomará...


Madre mía necesitaba decírtelo, necesitaba que supieras como me siento al pronto celebrar tu cumpleaños y recordar tu voz en el teléfono, esa vocecita débil sin imaginar que sería la última vez que la escucharía. Y que rápido ha pasado el tiempo en tan sólo una semana te tuve que decir adiós sin comprender si quiera que es lo que sucedía.

Gracias por tu todo tu amor Mamama....



2 comentarios:

Anónimo dijo...

Dicen que uno nunca sabe lo que tiene hasta que lo pierde,comprendes lo importante que es una madre y lo doloroso de perderla,detalles que muchas veces no tomamos en cuenta, uno nunca se imagina que le pueda pasar, me tocaste el corazon con este poema.

M.Aldito.Arte dijo...

Las partidas no son faciles, mas si se quiere tanto, los adioses no son eternos, la gota de tinta, la lagrima unica y pura que guardamos en el corazon para recorarla siempre, las tardes, los dias, las noches, las historias, las eternas conversaciones tomando el te, las risas, las lagrimas, los secretos, los suenhos todo se acorta cuando llega el momento del reencuentro en algun momento, en cualquier momento porque nadie que se ha ido esta olvidado, porque mientras guardemos todo esto en el corazon como un tesoro en una isla perdida, porque recuerda que solo los olvidados estan muertos...

Siempre recuerdo a mi abuela, cabellos blancos, sus lentes, su sonrisa, su mirada tierna, tus palabras y su partida tan anunciada y yo lejos en cuerpo, pero cerca en mente y se despidio de mi en suenhos en aquel bote que surcaba las olas de un mar enfuresido, pero ahi estaba ella, como un faro guiandome y diciendome adios...

Recuerda nadie se va para siempre, ni madres, mi abuelitas de cabellos claros, ni hermanos, ni amigos... todos, todos volveran y todos volveremos a vernos algun dia aca o en lo que muchos llaman cielo mas alla de las nubes, mas alla del tiempo y reiren y reiremos y tomaran te con galletitas viendo el sol lentamente ocultarse mientras jugamos con el vaiven de las mecedoras....